EN LA NOCHE

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En la noche, permanezco quieto y a tu lado, buscando como deshojar las horas.
Repiten los relojes sonando las paredes; creo que es medianoche o tal vez la madrugada.
Ya no hay preguntas en tu mirada; un corazón sin agendas.
Sólo me quedo callado, pensativo; esperando que cierres los ojos y te duermas.
Homero.
Mi cuarto.
Octubre 7, 2014.

EL HOMBRE

Desdichado se presenta

come carne y come pan

el propio y el ajeno.

Se lamenta de lo que tiene y de lo que no tiene.

Hace preguntas que todos se han hecho

y todos han contestado

a lo largo del pasado.

Reniega de su especie

y alaba a dioses pintados en los espejos.

Vuelve cemento la selva

y aprisiona la fuente

en botellas de plástico.

Infructuosa búsqueda de la verdad

que vive sin saberla;

el hombre.

Homero.

EL TIEMPO HA ESTIRADO SUS REDES

El tiempo ha estirado sus redes
y en el viejo andamio de la espera,
tu me preguntas dubitativamente:
¿Por qué te quiero?
Parece no haber una respuesta lógica.

¿Como no mirarte si estas aqui?
Con tu sonrisa de cielo abierto y despejado.

Me miras con tus pequeños ojos preguntones
queriendo resolver los misterios de mis besos.

Un abrazo sí;
de esos que te protegen
de soledades profundas.

No se por qué te quiero;
solo te quiero
sin preguntarme los orígenes de la vida
ni el futuro del universo.

¿Como te quiero?

No lo se,
tal vez como se quiere a una pequeña
que comienza a andar.

Un protector de tus días mas soleados
en el que expones tus llagas.

Como ves
tal vez no te ayuden mis respuestas.

Debes aprender a descifrarme
aún después
que ya no tenga abrazos ni besos para darte.

Sí, el tiempo ha estirado sus redes
y en el viejo andamio de la espera
permanezco como sombra oculta
hasta que la borres.

Homero.
Mi Cuarto.
Enero 30, 2011.
3:15 p.m.

QUIERO SABER

Quiero saber si sos mía para siempre
en la temporalidad posible.

En el frágil espacio de la espera y la ausencia.

Quiero saber si amanecerá mañana
con tu cuerpo extendido en mi cama.

Las dudas cabalgan en una noche sin luna.

Preguntas sin respuesta.

¿Envejecerás conmigo?

¿Moriré en tus brazos; amor mío?

Homero.

ESTOY SOLO EN MI CUARTO


Estoy solo en mi cuarto; como siempre, aunque esté acompañado.

Por la calles; deambulan los trasnochadores de siempre y los de fin de semana.

La cantina del vecindario no deja de castigarnos con su música altisonante, reiterativa y molesta.

La policía está mas ocupada en patrullar las calles como trasnochadores profesionales; recoger borrachos y prostitutas, no les preocupa el sueño del vecindario.

Hoy particularmente he sentido tu ausencia que me desgarra el aliento; me he sentido inútil ante el abandono manifiesto.

Un escalofrío que recorre mis párpados y una lágrima frustrada por un orgullo pasado.

Los olores a tierra mojada inundan mi cuarto, no hay chicharras ni sapos ni ranas; hay una quietud espeluznante en el patio de mi casa que se alterna con el transitar de los autos por la calle de enfrente y la cantina con sus ruidos estridentes.

Ofuscación; sí, siento ofuscación por no estar contigo; por no tenerte entre mis brazos encadenados a tu cuerpo; por no saberme tuyo en este momento que mas te necesito y menos te tengo y siento en mis pensamientos.

¿Es un amor platónico? Definitivamente que no. Es un amor de contacto postergado. Es un amor prohibido que a nadie le interesa; solo a vos y a mí. En el todo preocupado de una esfera vacía y muerta. La habitación.

La terrible habitación que se cierne sobre nuestras cabezas sin cama ni sábanas que nos abriguen frente al desvelo. Que nos cubra de calor toda la noche hasta el amanecer. Los pliegos de tu cuerpo enrejados en los míos. Amanecer el uno en el otro. Pero no; el cuarto sigue allí como la esfera vacía y muerta. La habitación.

Un menaje de hogar que nunca llega.

Tal vez somos amores de un cuarto de ratitos; de un reloj de segundos pero eso somos. Un amor que cuenta los minutos y vive como si fueran días, años…

Estoy solo en mi cuarto; deseando que llegue ese día en que pose mi cabeza en tu tibio vientre y cierre los ojos con la certeza de que cuando los abra, estarás allí como siempre lo he imaginado.

En una habitación llena de luces y colores.

Homero.

HOJAS SECAS SIN EL REMEDIO DEL TIEMPO


Hojas secas sin el remedio del tiempo.

Florencen los arbustos
y un puñado de manos
que se estiran pero no te agarran.

¿Cuando piensas volar?

Tienes alas suficientes
para encrestar la ola sin tocarla,
posas en tierra,
indiferencia;
llenas de piedras
tus ilusiones.

¿Cuando piensas navegar?

Rota semblanza
en el espejo reflejo
de una mujer que ha dejado
colgadas sus murallas.

Hoy la pasión se arrastra buscando tus huellas.

Homero.

LLENA DE ILUSIONES


Estas llena de ilusiones.

Miras alrededor
coloreadas miradas
entreteniendo soles
en el firmamento.

Develizando sonrisas inocentes
en búsqueda incesante
de tu yo
que aplaque fuegos eternos.

Has crecido
y sientes que el mundo
te entrega sus llaves
para que entres cuando quieras.

Nadie puede hacerte daño
eso crees
tomas el destino en tus manos
y bebes de su suerte.

El camino
debes transitarlo
sola o acompañada.

Por que se ha de llegar
inevitablemente
hay que saber andar.

Hasta ese entonces
debes caminar

Al final del día
encontraras la noche
haciéndote un espacio
en medio de los sueños.

Homero.
Mi Cuarto.
Domingo 9, 2008
5:15 p.m.

TENGO TANTAS COSAS QUE DECIRTE…


Tengo tantas cosas que decirte
como que te amo,
por ejemplo;
pero eso ya lo sabes

Pero te lo digo nuevamente
TE AMO.

También se que no me amas
que tus labios
ya no besan igual
los míos
cuando de amarme se trataba.

Lo se,
aunque esquives mi mirada.

No te dejo
por que tu me dejaste primero
y has regresado a mí
como visitante furtivo;
que marcha temprano
en la madrugada
antes de descubrir el alba
sus engaños.

Solo disfruto de tu compañía fugaz
como aliciente adormecedor
de mi dolor hecho barro
alojado como tinaja vacía
en mi alma.

Tengo tantas cosas que decirte
como que te extraño;
que tu ausencia hiere
mis sentidos
y hace brotar lágrimas
donde nadie las llama.

Pero eso no importa en realidad…

Tengo tantas cosas que decirte
pero toda palabra suena inútil
en el sin sentido de las cosas.

Muere la tarde
y yo
con tantas cosas que decirte…

Homero.

SOLA EN EL CUARTO…

Sola en el cuarto

Te veo desvertir tus sueños
y guardarlos.

¿Cuando fue la última vez que nos besamos?

No me acuerdo.

Te acuestas a mi lado
envuelves tu cuerpo
en la cobija
y hundes tu cabeza
en la almohada

Se ha llenado el cuarto de silencios

¿Adonde se fue la magia del encuentro?

Tomas mi mano y la aprietas
sonríes ligeramente
y cierras tus ojos
con la seguridad
de que mañana cuando los abras
estaré allí

Acostado a tu lado
con los ojos cerrados
sin percatarte
que hace tiempo me fui

En el filo del desencuentro…

Homero.

ESTOY VIVO AHORA…

HOMBRE Y PAJARO2


Con los años el proceder se vuelve mesurado.

Nos enamoramos como niños de lo cotidiano
de las cosas que de mas jóven
no reparabamos.

Esa sensibilidad que brota en sentimientos
tiene una lógica explicación
hemos madurado
de alguna forma.

Hemos encontrado la perfección
en la sencillez de las cosas.

El tiempo nos arrastra
inevitablemente al olvido
los recuerdos
se vuelven débiles
y al final desaparecen.

El aquí y ahora
es quizás la única garantía
de que estamos vivos todavía
es decir… con vida…

Estoy vivo ahora.

Homero.
Mi Cuarto.
Viernes
Noviembre 9, 2007
11:09 p.m.